Se inaugura 22 años después de que comenzaran las obras, que se cobraron la muerte de dos trabajadores en sendos accidentes laborales en 2014 y 2017
La presa de la Confederación Hidrográfica del Ebro, ha de regular las aguas del río Cidacos y mejorar del abastecimiento urbano y de usos industriales en los municipios próximos. Además, permitirá garantizar el riego de 5.500 hectáreas, entrando en funcionamiento después de 22 años de obras. Su construcción fue adjudicada a la UTE Presa de Enciso, formada por FCC y ACS/Dragados.
Entre 1997 y 2011 los trabajos apenas alcanzaron el 40% de ejecución y en los últimos siete años ha habido que trabajar prácticamente contra el reloj para una de las mayores obra pública de La Rioja en lo que llevamos de siglo, cuyo presupuesto ronda los cien millones de euros (en un principio se presupuestó por treinta y cinco).
Quizás fuese precisamente por las prisas, pero la obra se ha cobrado la vida de dos trabajadores en sendos accidentes laborales. En junio de 2017 moría un obrero de 45 años al precipitarse desde una altura de unos 40 metros desde el lugar en el que trabajaba, una ménsula colocada en el dique de su pared. En el grupo de trabajo de seguridad y salud de la mesa delegada del extinto MAPAMA, CCOO pedimos más información sobre este accidente.
Este trabajador fue el segundo fallecido en la ejecución de las obras, ya que un trabajador de Autol, también de 45 años, murió en agosto del 2014 al volcar el camión en el que transportaba agua para la cantera de Antoñanzas, en Arnedillo, de la que se han extraído los áridos para alimentar el hormigón con el que se levanta la pared de la presa.
CCOO queremos reconocer desde aquí la labor de todas y todos los que literalmente se dejan la vida sin razón alguna en un accidente laboral, como estos dos en la presa que hoy se inaugura. Probablemente se haya colocado una placa conmemorando este día, y probablemente también, nada se diga en ella de estos dos trabajadores muertos construyendo esta presa. Sirva esta nota para recordar que somos las y los trabajadores los que levantamos el mundo, día a día, y muchas veces dejándonos la vida.